El programa está enfocado en promover mayor participación de mujeres en ramos de la ciencia fortaleciendo su autoestima y rompiendo con los estereotipos que las excluyen desde que son niñas.
Por Brenda Ramos
Ciudad de México, 21 de enero (EFE).- El programa “Niñas STEM Pueden: Red de mentoras”, lanzado hace un año por el Gobierno mexicano y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha beneficiado a más de 900 niñas en el país, aseveró la directora general del organismo, Gabriela Ramos.
Ramos aseguró en una entrevista con EFE que la iniciativa nació de la idea de incidir en la perspectiva de las niñas y adolescentes para que se motiven a estudiar carreras científicas y tecnológicas.
“Nos inspiramos en los programas que tienen Alemania, Reino Unido y Estados Unidos para que las niñas tengan acceso a la tecnología y al mundo digital”, afirmó.
El primer paso fue encontrar a más de 100 mentoras en México, científicas e ingenieras, dispuestas a ir a las escuelas y hablar con las menores. “Nos hemos encontrado que hay mujeres que hasta en la NASA han trabajado”, dijo.
La funcionaria de la OCDE indica que junto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) del Gobierno mexicano se han desarrollado una metodología pedagógica y materiales didácticos, y recopilado información valiosa sobre la disparidad de género en la educación.
“Es un programa de bajo costo, porque no tienes que hacer una inversión estratosférica y los retornos son muy interesantes”, afirmó.
De acuerdo con Ramos, “Niñas STEM Pueden: Red de mentoras” no sólo impacta a las estudiantes que participan en las actividades, sino también a sus familias, a sus compañeras en clase y al personal docente de las escuelas.
“Una de las áreas que también hemos trabajado con la SEP es la revisión de los libros de texto para que no haya sesgos de género”, expuso.
Respecto a por qué enfocarse en áreas científicas y tecnológicas, responde que por lo general ahí es donde hay más resistencia para integrar a las mujeres.
“Estamos tratando de romper el estereotipo, porque la ingeniería no es para las niñas. Tú quieres que tu hija sea maestra, trabajadora social o abogada, pero nadie está esperando que sea ingeniera”, argumentó.
Además, se trata de carreras que crecerán en los próximos años y que son muy bien remuneradas.
“Las mujeres ganan en promedio 20 por ciento menos que los hombres y una parte es porque van a disciplinas menos remuneradas, se dedican a temas con menor proyección laboral”, comentó.
Aunque admite que no será posible hacer un estudio longitudinal, la OCDE pretende darle seguimiento al impacto del programa cuando las niñas y adolescentes estén en edad de decidir qué van a estudiar.
“El programa en sí tiene un impacto positivo, porque incluso aunque no escogieran carreras en ciencias, estaríamos hablando de niñas que tienen más confianza en sí mismas”, detalló.
Ramos revela que en todos los países miembros de la OCDE, las niñas reportan menos confianza en sí mismas en general.
Carmen Rodríguez, una de las mentoras del programa, es ingeniera en computación y tiene un doctorado en Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Entrevistada por separado, dijo ser la única mujer en el occidente del país que pertenece a la Academia de Ingeniería de México.
En su experiencia como ingeniera y académica ha tenido que probar sus conocimientos constantemente para abrirse camino entre una mayoría de compañeros varones.
“Esto implica para mí una corresponsabilidad para que cada vez haya más mujeres en estas carreras masculinizadas”, afirmó.
Rodríguez comenta que dentro de las acciones del programa se han realizado talleres de programación, robótica y geofísica, entre otras áreas, además de charlas con empresas de tecnología en las que se motiva a las niñas a estudiar este tipo de carreras.
“Ha habido talleres piloto de la Red de Mentoría tanto en el estado de Nuevo León como en Ciudad de México, también en el museo Universum y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares”, apuntó.
Otras ciudades involucradas han sido Guadalajara, en el occidente del país; Mérida, en el sur, y la norteña Ciudad Juárez.
La mentora considera necesario que más mexicanos en general estudien carreras científicas y tecnológicas, para pasar de ser un país consumidor de tecnología a uno productor. “Los mexicanos somos muy talentosos, muy creativos, resolvemos cosas”, aseguró.
Respecto al tema de género, hace un llamado a que se rompan los estereotipos sobre las capacidades de las mujeres en la ciencia y a que se visibilice a quienes triunfan en este tipo de disciplinas.
“Hay mujeres que son destacadas en la ciencia a nivel mundial. Te vas dando cuenta de que no es una utopía, no está fuera de tu alcance, porque si ella lo hizo, entonces también yo lo puedo hacer”, acotó.